sábado, 26 de mayo de 2012

Españiquistan


Sé que no soy quien para decir a nadie porqué puede o debe llorar, pero a fecha de hoy 26 de mayo de 2012, me parece un pelín excesivo que la máxima preocupación de una persona sea llorar porque “su equipo de fútbol ha perdido la final de la Copa del Rey”, equipo que también es el mío y con el que disfruto y sufro lo mismo que el resto de los aficionados.

Pero desde principio de semana, las noticias han ido empañando mi espíritu y  alegría copera, ya no sólo por lo mediatizado y politizado que ha estado el partido de “marras” (incluso ha llegado un momento en el que he deseado que esa final no se celebrase y que la señora Aguirre se metiese la dichosa copa por el c**o, para ver si le satisfacía).  Polémicas y cortinas de humo a parte, mi animo estaba ya por el suelo antes de empezar el dichoso partido y es que me preocupa más el paro, los desahucios y la situación económica española que cualquier otra cosa en este mundo (salvo la integridad de las personas que más quiero y de las que no quiero también, pero es que sin pasta eso de la salud lo tenemos todos un poquito más jodido).

Empezamos la semana con que Bankia necesitaba 10.000 millones de euros, que como no, iban a salir de fondos públicos “No pienso dar un solo euro de dinero público a la banca" Mariano Rajoy; debió de ser el día que pronunció estas palabras cuando se las debió de tragar. Y la hemos terminado con la dimisión de la cúpula de dicha entidad en bloque, su suspensión en bolsa y ya no necesitando 10.000 millones de euros para ser rescatada, esta cifra ha ido incrementando a lo largo del viernes, de 10.000 millones, pasamos a 19.000 casi el doble, para finalizar el día con una cifra bastante superior a esa y que ronda los 24.000 millones de euros, lo que pone al país al borde del rescate. A medio día se hablaba de un posible préstamo al país a 25 años sin llegar a ser intervenidos, pero tras lo ocurrido en Bankia ¿es posible que España necesite ser rescatada en breve? Esto sólo el tiempo lo dirá.

Y resulta que a mí, pues me da por pensar en estas cosas, no en sufrir por el fútbol que al final de la historia el fútbol sólo es fútbol, pero el gobierno y sobre todo los directivos de entidades financieras (en su mayoría inútiles y elegidos a dedo) nos hacen apretarnos el cinturón, para arreglar sus desaguisados. Llamadme loca si queréis pero me preocupa más mi futuro y el de generaciones futuras que tener una copa más en el museo del Athletic, bastante orgullosa me han hecho sentir llegando a dos finales (así que por ellos no tengo queja). Es más me atrevo a decir con toda tranquilidad que prefiero perder mil finales a tener que sufrir la subida de las tasas de matriculación en las universidades, los recortes en educación primaria y secundaria, los recortes en sanidad, la macroinflacción que por desgracia y muy posiblemente nos tocará sufrir, la subida de los impuestos, el paro descontrolado y alcanzar situaciones tan caóticas como las que están viviendo en Grecia (por citar algún lugar) y para resumir todo esto prefiero que mi equipo pierda una final a tener que vivir aún más si cabe bajo de la dictadura de la Unión Europea. Porque yo no veo solución ni final feliz posible, estamos metidos en un hoyo y cada vez cavamos más hondo.

Si antes Bankia necesitaba 10.000 millones de euros y era precisamente esa misma cantidad la que se conseguía con los recortes ¿de dónde se van a sacar ahora 13.000 millones más? ¿Qué clase de impuesto nuevo se van a sacar de la manga para que entre todos arreglemos el estropicio de unos cuantos? Esto sí que es para llorar y no un partido de fútbol (aunque quiero dejar claro que no me quiero meter con la sensibilidad de nadie).

Por cierto, últimas noticias procedentes de “Radio Patio” me informan que la cifra a la que puede ascender el rescate de Bankia se trata de 40.000 millones de euros. Y ahora es cuando me imagino al señor Rato, paseando por un prado lleno de vacas que le observan mientras se ríe a carcajada limpia de todos nosotros. Me podéis llamar loca o soñadora pero yo les dejaba quebrar, como ya sucedió con otros bancos y la vida siguió igual.

Respecto a Españiquistan, somos tan pardillos que el señor Rato ha salido por la puerta trasera, si llega a ser otro país, derecho entra por la puerta principal de la trena. 


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martes, 22 de mayo de 2012

Yo fui víctima de acoso escolar


Hoy toca hablar de sentimientos o de cómo una niña vive su infancia siendo un bicho raro. Uno no es lo que nace sino lo que se hace… No fui una niña guapa (al menos eso me decían mis compañeros de colegio todos los días), tampoco era una niña lista (sufro dislexia y en el colegio ser diferente te convierte en el centro de la diana, en la persona sobre la que verter todo el odio que un niño lleva dentro), así que puedo decir con toda “tranquilidad” que fui víctima de acoso escolar.

Sé muy bien como el “bullying” afecta en el desarrollo de un niño, como la víctima se siente el verdugo, como gran parte de tus compañeros se burlan de ti hasta llevarte al extremo, haciendo sufrir, llorar y una vez han conseguido lo que ellos quieren, en mi caso que llorase, te pegan. Pasas la infancia solo, los profesores no te escuchan y tus padres piensan “son cosas de niños”… intento comprender a mi madre, no sin guardar cierto rencor, aunque entiendo que en aquellos años no se conocía el término “bullying” ni se hablaba de ello en ninguna parte. Lo cierto es que los niños pueden ser crueles. Me pasé la infancia siendo el foco de odio de mis compañeros, niños de mi edad, que volcaban toda su inquina en mi persona. Estuve soportando maltratos hasta los 14 años y muchos años después pienso que nunca lo superaré.

Nacer diferente no es fácil y que en tu infancia nadie te apoye o te comprenda no ayuda demasiado. Los insultos, las mofas, los golpes, me volvieron una persona triste, solitaria (sólo me acompañaban mis fantasías, de un día llegar a ser mejor que ellos, cuando tal vez ya lo era) cerrada en mi propio mundo, donde a penas, incluso ahora, dejo entrar a nadie por miedo a que me hagan daño. Mis compañeros de viaje en mis primeros años, aquellos que tenían que ayudarme a formarme como persona, claro que contribuyeron a ello, pero no de la forma en la que se esperaba. Ellos me hicieron frágil, sensible, desconfiada, a penas guardo recuerdos bonitos relacionados con mi edad infantil.

Uno de adulto, puede pensar que esas cosas quedan atrás, pero no es así. Sigo sufriendo por ese dolor que me provocaron, mi infancia no fue bonita, ni feliz como se supone que debe de ser la vida de una niña.  Puedo asegurar que arrastro mi niñez y que me pesa demasiado. Todos los días, al salir del colegio e ir camino a casa pensaba “¿Por qué yo? ¿Por qué he tenido que nacer así y no haber sido otra persona? ¿Por qué me siento así?”  Pueden parecer pensamientos muy profundos para una niña de 8 ó 9 años, pero era lo que siempre pensaba mientras caminaba a casa llorando. Aún no tengo respuesta a esas preguntas, creo que nunca las encontraré, pero puedo asegurar que fui víctima del acoso escolar. Si un día sospecháis que un niño de vuestro alrededor puede estar sufriendo acoso escolar, no dudéis en preguntárselo, ese niño os necesita, no son cosas de niños, los niños también sufren, los niños también son crueles (esas cualidades, no son cualidades exclusivas de los adultos). 

Hoy puedo decir que no nací como soy, sino que la vida me ha hecho así.



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sábado, 12 de mayo de 2012

Sexo, hormonas y otras drogas duras


No quiero ser yo quien os chafe la fiesta, pero el enamoramiento en sentido estricto o sea la acción de enamorarse, que no tiene nada que ver con el amor que se siente hacia un amigo, padre, madre hermano o cualquier otro ser vivo o animado, incluso inanimado me atrevería a decir… no es más que fruto de combinación de hormonas: endorfinas, oxitocinas (de la que hablaré más tarde, porque esta tiene una especial relevancia en nuestra socialización ya desde el primer día de nuestra vida) y feromonas. Esta mezcla explosiva es la que hace que caigamos rendidos a los píes de ese ser que a nosotros nos parece maravilloso, carente de imperfecciones, vamos hace que incluso pensemos que nuestra media naranja no se tira pedos.

La parte dramática de toda esta historia llega cuando se comprueba científica y empíricamente que su duración varia entre 7 días y un máximo de 7 años. Durante ese periodo las hormonas nos generan en el organismo una sensación de bienestar, la misma que nos producirían los analgésicos opiáceos (si queréis sentir la misma sensación sólo que evitando el desamor os recomiendo que consumáis Zaldiar, un fantástico analgésico que te quita todos los dolores; aviso van con receta y puede causar adicción). Si alguna vez has sentido desde el primer día el vértigo, si te has lanzado al vacío, si has gritado al universo que amas a alguien sin duda alguna, si por esa otra persona darías tu vida, enhorabuena has estado enamorado (puede que 7 días o 7 años, con suerte), pero no os engañéis si estáis con alguien y no habéis sentido esa sensación ya, jamás os enamoraréis de esa persona, puede que la tengáis cariño y que os de placer, pero lo vuestro no es enamoramiento, sin embargo es muy posible que sí exista alguna clase de vínculo emocional relacionado con la oxitocina. Así que si lo que buscáis es enamoraros en vez de tener un vínculo provocado tras un orgasmo donde se libera oxitocina mejor que empecéis a buscar de nuevo… porque el enamoramiento verdadero es eso que te vuelve loco, que te enajena (literalmente, porque mientras estamos enamorados no somos tan racionales como cuando no lo estamos) esa mezcla de hormonas no te deja pensar con claridad y no te hace dudar a la hora de lanzarte al vacío sin red.

Seguro que alguno ahora se ha puesto a buscar por internet que es eso de la oxitocina, yo os lo explico de una manera muy simple. Esta hormona es la hormona de la afiliación, el vínculo con otro ser humano implica aspectos bioquímicos y hormonales. La oxitocina, es la hormona que provoca nuestro nacimiento, porque es la responsable del inicio del parto y de la subida al pecho de la leche y no hay que olvidar que el primer vínculo que un ser humano entabla es con la madre y más íntimamente cuando esta le amamanta. “Sin embargo la oxitocina también se encuentra en el plasma sanguíneo y en el fluido cerebrospinal. Está asociada , junto con la vasopresina al cuidado parental y al vínculo entre parejas y su comportamiento monógamo ya que esta se produce durante el orgasmo”. Así que ya sabéis si el resto de hormonas no han hecho su trabajo, pero habéis tenido un buen orgasmo, sentís bienestar y alegría momentánea pero en ningún momento la enajenación del enamoramiento.

Somos pura química y cualquier día nos venderán una mezcla de hormonas del enamoramiento inyectable como lo hacen con la insulina. Esto me hace sentir menos cínica porque ahora al menos sé que todo tiene una explicación racional y comprobable empíricamente, pero después de todo esto sé que todavía quedarán románticos, lo mismo que hay creyentes en Dios, en la magia o en cualquier otra cosa inexplicable. Disfrutad de vuestro momento de gloria, “porque el amor es eterno mientras dura” aunque después de 7 años se convierta en cariño, costumbre o comodidad. Iba a ser verdad que nada es para siempre.


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martes, 1 de mayo de 2012

Los restos del naufragio


Hoy voy a intentar hacer algo nuevo, escribir sobre un sujeto que aún no he decidido. Lo llamaré mi primera incursión en la escritura mecánica, no sé como saldrá. Tengo desde hace unos días en la cabeza unas extrañas ideas que soy incapaz de ordenar con un cierto grado de sentido.

La vieja Europa, frase hecha, parece más vieja y cansada que nunca. La veo como una masa amorfa, sin sentido, como un barco a punto de naufragar sin un capitán que ponga orden a la tripulación, es cierto que ya hemos tocado fondo antes, nos hemos asesinado los unos a los otros en repetidas ocasiones, hemos exterminado a todo aquel que no pensara como nosotros, al que no tuviera nuestro color de piel o simplemente hemos matado por puro placer. Pero los tiempos cambian y aunque se haya intentado hacer una Europa mejor, me quedo con un regusto raro en la boca, como el que come una pipa y está mala. Miro el mapa y pienso entre todos hemos logrado parecer “los restos del naufragio”, somos como una casa donde los muebles se han ido poniendo sin ton ni son, una lámpara del Ikea por un lado, un sillón estilo Luis XV por otro, una mesa estilo años 50 en medio del salón y un suelo de linóleo color verde lima para rematar la jugada. Somos los restos del naufragio, un recocido superviviente a guerras e invasiones. Sin darnos cuenta que nos vamos deshumanizando, el dolor nos ha hecho indiferentes a todo lo que nos rodea, llamamos ilegales a las personas ¿Pero hasta que punto un ser humano puede llegar a ser ilegal?, ahora nos viene el señor Sarko otra vez con los inmigrantes ilegales ¡Qué para algo quiero ganar las elecciones! Mientras que él al igual que todos nosotros dejamos que nos manipule una señora desde Alemania, que para algo llevan más de 70 años intentando invadir Europa y esta vez les está saliendo redonda la jugada, ellos dos a lo tonto cortan el pastel y se quedan con la mejor parte. ¿Qué hay que hacer recortes? Pues, los hacemos y tan contentos ¿Qué un kilo de pollo cuesta en Grecia 6 euros? Pues que coman patatas que seguro son más económicas, ellos se han buscado estar así… miramos para otro lado y seguimos a pies juntillas lo que Berlín, vía Bélgica nos ordena ¿Qué no queréis bajar el déficit al 4’4%? Pues multa al canto y de negociar “ni hablar del peluquín”, ¡Ah, y qué ni se os ocurra falsear las cuentas! Que para eso ya estamos aquí los alemanes, que falseamos las nuestras y las de los griegos.

Somos los restos de naufragio, que al menos de momento flotan, pero que poco a poco se van hundiendo en un mar cada vez más oscuro y más siniestro… 



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