martes, 22 de mayo de 2012

Yo fui víctima de acoso escolar


Hoy toca hablar de sentimientos o de cómo una niña vive su infancia siendo un bicho raro. Uno no es lo que nace sino lo que se hace… No fui una niña guapa (al menos eso me decían mis compañeros de colegio todos los días), tampoco era una niña lista (sufro dislexia y en el colegio ser diferente te convierte en el centro de la diana, en la persona sobre la que verter todo el odio que un niño lleva dentro), así que puedo decir con toda “tranquilidad” que fui víctima de acoso escolar.

Sé muy bien como el “bullying” afecta en el desarrollo de un niño, como la víctima se siente el verdugo, como gran parte de tus compañeros se burlan de ti hasta llevarte al extremo, haciendo sufrir, llorar y una vez han conseguido lo que ellos quieren, en mi caso que llorase, te pegan. Pasas la infancia solo, los profesores no te escuchan y tus padres piensan “son cosas de niños”… intento comprender a mi madre, no sin guardar cierto rencor, aunque entiendo que en aquellos años no se conocía el término “bullying” ni se hablaba de ello en ninguna parte. Lo cierto es que los niños pueden ser crueles. Me pasé la infancia siendo el foco de odio de mis compañeros, niños de mi edad, que volcaban toda su inquina en mi persona. Estuve soportando maltratos hasta los 14 años y muchos años después pienso que nunca lo superaré.

Nacer diferente no es fácil y que en tu infancia nadie te apoye o te comprenda no ayuda demasiado. Los insultos, las mofas, los golpes, me volvieron una persona triste, solitaria (sólo me acompañaban mis fantasías, de un día llegar a ser mejor que ellos, cuando tal vez ya lo era) cerrada en mi propio mundo, donde a penas, incluso ahora, dejo entrar a nadie por miedo a que me hagan daño. Mis compañeros de viaje en mis primeros años, aquellos que tenían que ayudarme a formarme como persona, claro que contribuyeron a ello, pero no de la forma en la que se esperaba. Ellos me hicieron frágil, sensible, desconfiada, a penas guardo recuerdos bonitos relacionados con mi edad infantil.

Uno de adulto, puede pensar que esas cosas quedan atrás, pero no es así. Sigo sufriendo por ese dolor que me provocaron, mi infancia no fue bonita, ni feliz como se supone que debe de ser la vida de una niña.  Puedo asegurar que arrastro mi niñez y que me pesa demasiado. Todos los días, al salir del colegio e ir camino a casa pensaba “¿Por qué yo? ¿Por qué he tenido que nacer así y no haber sido otra persona? ¿Por qué me siento así?”  Pueden parecer pensamientos muy profundos para una niña de 8 ó 9 años, pero era lo que siempre pensaba mientras caminaba a casa llorando. Aún no tengo respuesta a esas preguntas, creo que nunca las encontraré, pero puedo asegurar que fui víctima del acoso escolar. Si un día sospecháis que un niño de vuestro alrededor puede estar sufriendo acoso escolar, no dudéis en preguntárselo, ese niño os necesita, no son cosas de niños, los niños también sufren, los niños también son crueles (esas cualidades, no son cualidades exclusivas de los adultos). 

Hoy puedo decir que no nací como soy, sino que la vida me ha hecho así.



Os podéis poner en contacto conmigo, insultarme o lo que queráis en:Mi Twitter

No hay comentarios:

Publicar un comentario