Ya
va siendo hora de reaparecer por estos lares, no he olvidado que tengo un blog
y prometí contar historias nuevas, lo único que he estado ausente por unas
pruebas médicas y porque he decidido ponerme en serio con la antropología, así
que estoy metida de lleno en los apuntes.
Las
pruebas médicas han sido un horror y cuando digo horror no me refiero a los
resultados, sino a la prueba en sí, creo que la podría incluir en el TOP 10 de
las peores experiencias de mi vida. A una desde pequeña escucha en las películas,
de las amigas o en clase de educación sexual lo doloroso que va a ser perder la
virginidad (que al final si tienes suerte y como en mi caso caes en manos
expertas ni duele, ni es traumático, ni nada que se le parezca, nada más lejos
de la realidad fue una experiencia bonita de la que no recuerdo todos los
detalles, pero seguro que todo fue perfecto) sin embargo a ninguno nos preparan
para una colonoscopia y no es mi intención narrarla de cabo a rabo (de hecho no
lo haré) y sólo os describiré lo único positivo de la experiencia: el chute que
te pegan para sedarte y que no te enteres de casi nada. Fue un viaje
psicodélico, mirando al techo y luego de nuevo al catéter mientras me
inyectaban un segundo chute de Dios sabe qué sustancia y en menos de 5 segundos
caer dormida durante media hora, fin de la parte bonita de la historia, a la
que recordaré como un viaje con “The Beatles” por lo menos, lo digo por la
sensación de psicodelia…
Tampoco
os preocupéis tanto, no me hacían pruebas por ninguna enfermedad grave, sí
sería pero no grave, mi vida no corre riesgo al menos de momento, sólo quieren
asegurarse que no sufro Crohn o celiaquía, de momento parece que todo está muy
bien así que como dice mi amigo Sergi, no me voy a agobiar hasta que mi doctora
hable conmigo de los resultados de la biopsia.
De momento
no voy a pensar en ello y prometo ponerme a contaros historias interesantes por
el blog mañana mismo, tengo un par de ellas, tal vez me decante por presentaros
algún grupo o cantante de los que a mí me gustan que la música nunca viene mal.
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