La
próxima semana llega a Bilbao el BBK Live y la verdad para mi gusto con más
pena que gloria. Ya he asumido que voy al festival a pasar el rato, a ver que
se cuece y de paso a olvidar lo rutinaria que puede ser la vida.
El
cartel en su mayoría me parece regularzucho,
sin embargo el viernes podría considerarlo como la gran excepción respecto al resto de
días. Un par de grupos el jueves y el sábado se salvan, pero el resto es relleno
y del barato. Sin hablar de los grupos que no conocen ni en su casa y sin
nombrar a “Vetusta Morla” que actúan todos los años y que actuarán hasta el
final de los tiempos o hasta que el festival se llame “KutxaBank Live”, lo que
llegue antes. Y espero que lo que llegue antes sea el final de los tiempos porque
después de ver lo que han organizado los del BBK Live este año, no me quiero ni
imaginar lo que nos deparará el futuro.
Habían
prometido variedad y sólo veo grupos que no sé ni que cantan, ni que tocan, ni
que cara tienen, ni NADA de NADA. Un par de grupos mediocres nacionales, a los
que estoy convencida que contratan porque mueven masas en vez de por su
calidad, ya que podían haber contratado a multitud de grupos españoles, que tal
vez no sean tan famosos, pero sí mucho mejores, como ejemplo L.A.
Sin
hablar de la seguridad del recinto, donde no se puede entrar con una mísera
botella de agua o cualquier alimento. En mi caso, les he preguntado si puedo
entrar con agua embotellada y con el tapón puesto y comida, ya que tengo unos
problemillas causados por intolerancias alimenticias y necesito medicación y
comida especial… todavía no he tenido respuesta. Incluso les he llegado a decir que si es
necesario les llevaba un justificante médico, pero son incapaces de responder a
una pregunta que les pueda hacer perder pasta. Una cosa os puedo
asegurar, la seguridad en la entrada se entrega al máximo, pero luego como un
caso que viví de cerca el año pasado si viene un sueco pesado con su novia y un
gallego pasado de alcohol, se quedan de brazos cruzados.
Más
peros sobre este festival, para poder consumir es necesario cambiar tu dinero
en moneda del festival; te dan monedas de un euro y billetes de 5, 10 y 20 euros
(no sé si habrá de otras cantidades). El problema llega cuando pides una
consumición de 2 euros (ejemplo un botellín de agua) y te han cambiado todo el dinero en billetes de 10 y 20 euros. Tú vas a la barra, pides
el botellín de agua, das el billete de “monopoli” de 20 euros a una camarera
muy sonriente y ésta te responde “Ya
está” y tú en ese momento te quedas con cara de no entender nada y le dices
“¿Ya está qué?” y ella más sonriente aún te dice “Así estamos en paz, es que no
tengo cambios de 20 euros” ¿Perdona? ¿Me pretendes robar 18 por toda la cara?
Os prometo que esto lo he visto yo con mis propios ojos. Así que aquí va mi
truco, cuando vayáis a cambiar euros, pedidlo todo en monedas
o púas de guitarra (que es la forma que tienen las monedas).
El
pero definitivo, son los baños, sobre todo los de fuera del
recinto, los del camping, es una cosa entre asquerosa y repugnante en el que te
puedes encontrar cualquier cosa pegada por la pared (palabrita), hay ciertos
baños repartidos por el interior del recinto que están más limpios, donde menos colas se forman es en los más
cercanos al escenario número 2. Truco: NUNCA IR AL BAÑO ENTRE CONCIERTOS,
EVITARÁS AGLOMERACIONES.
Por lo general el festival está bien organizado, nunca han habido grandes problemas, el recinto está bien (con bares y lugares donde poder picotear algo, que si bien los precios no son baratos tampoco son desorbitados, una cerveza vendrá costar unos 4 euros lo mismo que un mojito, un botellín de agua 2, pero hablo de memoria tampoco me hagáis mucho caso ) , el ambiente es agradable y el precio del abono es más barato que en el FIB por ejemplo.
Poco
más tengo que decir del festival por hoy, cuando pase el festival ya os contaré
como ha ido este año, esperemos que supere mis expectativas y todo sea
diversión.
Os podéis poner en contacto conmigo, insultarme o lo que queráis en: Mi Twitter
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